domingo, 27 de marzo de 2011

Cuando vengas a Madrid




VIENE LA NOCHE. OSCAR ESQUIVIAS
DOMINGO, 31 DE DICIEMBRE DE 2006

Hay dos asuntos que destacan sobre todo lo demás en el resumen de estos cuatro días en los que el novelista se detiene y que van del 31 de diciembre al 8 de Enero: La cena de Nochevieja en casa de los Revilla y la preocupación de Benjamín por el asunto del “problema” de su hijo. Con relación al primero, vemos cómo Esquivias tensa la cuerda de la situación humorística en la cena para provocar la hilaridad del lector. A fe que lo consigue. En el segundo, mezcla el tema de la sexualidad de Jaime con la heterodoxia de los hijos de Acacio, el personaje de “orden” más característico de la novela y que representa a aquellos personajes nostálgicos del franquismo cuando desapareció el dictador.

El tema de la muerte que impregna la novela como si siempre fuera de noche , también está bien presente, en este caso El Hogrible que la ve de cerca por un asunto de pájaros y la muerte antes de nacer en el hospital de Sara.

El reloj. Antonio López

Jaime y su padre van en metro al aeropuerto para esperar y acompañar a Sara en el camino de vuelta, todavía está reciente la explosión del tren de la muerte en el que murió su hermano. En Tetuán entra La Puerta en el vagón con sus sermones, el metro se detiene en Estrecho con ruido de vajillas rotas. El coche que dejaron en la T4 no ha resultado dañado pero no les dejan recogerlo. Benjamín cree que hemos regresado a la Guerra Civil. Los destrozos de la terminal le recuerdan los bombardeos de los aviones franquistas. A Benjamín no se le escapa que en el taxi Jaime y Sara se agarran de la mano.

Teresa y Benjamín llegan tarde a la cena. Jaime y Sara los reciben con el mismo traje y vestido que usaron el día de Nochebuena en Burgos. A Acacio le molesta la gente que llega tarde. A Benjamín le saca de quicio que Acacio mente a Clarita en la cena. Hay un toma y daca divertido en la cena porque Benjamín saca a colación a Felipe, novio de Juanjo, que sabe que irrita a Acacio y que le remueve los cimientos de su ortodoxia existencial cuando éste le habla de la cicatriz que Clarita le ha visto.

En casa de Acacio y Julieta se comen langostinos en Nochevieja

Todos beben más de la cuenta esa noche mientras esperan a Felipe que no aparece, como si fuera Godot. Julieta llena las copas una y otra vez para intentar que el champán ayude a evitar el enfrentamiento de unos contra otros. La bebida desinhibe y hace aflorar asuntos tabú de los que no se habla, como cuando Teresa echa más leña al fuego del debate hablando de la escasa frecuencia de las relaciones carnales entre parejas octogenarias, sin contar las exteriores. Cuando por fin aparece Felipe, con su mano mutilada el 11M y borracho como una cuba porque ha estado recorriendo los bares de San Fernando toda la tarde, los de la casa ya han dado buena cuenta de unos cuantos langostinos y las botellas de champán.

Acacio y Benjamín ahondan en los temas que saben que hacen daño al oponente. Sara defiende la sexualidad de Juanjo porque éste se lo admitió. Acacio no permite que se trate a su hijo de homosexual porque él nunca lo confesó. Se agarra a que alguna vez dijo que quería ser padre y eso implica atracción heterosexual. Sara anuncia que quieren ser padres pero sin relaciones porque así lo han acordado. Su padre y suegro piensan que o bien se han vuelto locos o es una broma. Sara afirma que el sexo es una construcción artificial y acto social. De hecho la castidad y la masturbación están desprestigiadas: “La dictadura del sexo hace que nadie se enorgullezca de su carencia de interés carnal”.

La llegada de Felipe pone fin a la discusión familiar que se deslizaba por asuntos que no interesan a los cabezas de familia. Llega bastante perjudicado y no quiere comer nada. El resto de la comida ya sólo comen, no hablan. A las doce reparten las uvas, los gorritos y matasuegras. Nadie es capaz de seguir el ritmo de las campanadas comiendo uvas, excepto Julieta. Felipe suda como un pato. Se abrazan unos a otros y se desean feliz año como si despidieran al buque que se llevaba a medio pueblo a América.

Dolor de cabeza el día después

LUNES, 1 DE ENERO DE 2007, AÑO NUEVO

Jaime se despierta medio sonámbulo y resacoso. Recuerda rápidamente que se quedó a dormir en una colchoneta en la misma habitación con Felipe. Sus padres y familiares sintieron un alivio cuando Acacio les llamó para decirles que era conveniente que se quedara en casa debido a su estado lamentable. Ellos ya habían intentado localizarle por teléfono y en ningún sitio les hacían caso porque era Nochevieja.

Jaime siente "una especie de nausea remota"

Acacio se ha levantado temprano, ha recogido la casa y ha salido a la calle a comprar churros y porras. Se dispone a hacer un chocolate que Jaime no prueba. Le propone una partida de ajedrez mientras en la tv echan la misa de Año Nuevo del Papa, el concierto de Viena y los saltos de trampolín de Garmisch Partenkirchen. Jaime lo ve en duermevela, como entre tinieblas. Le entran unas nauseas que le llevan a vomitar. Acacio le propone tratarse su desvío sexual, pero él no piensa que esté enfermo.

Benjamín y Teresa también ven lo mismo por la tele y hablan. Ella le echa en cara que tenga tantos prejuicios: Los austriacos, pedófilos; los cardenales, unos costros y Jaime tiene un problema que se llama Sara. Según sus teorías los hombres odiamos a las mujeres, pero al final caemos en sus brazos. Teresa repone que en su caso no está claro que ella le esclavice y añade que lo peor que puede ocurrir en una pareja es que únicamente sea uno el que quiera. Benjamín huye de casa. Clarita, que ha dormido en casa en medio de sus animales, comparte con ellos la alegría por su llegada. Le cuenta que la cena fue desastrosa, que el besugo se le quemó a Agueda y que se ha echado un novio búlgaro que no cabe por las puertas.

SÁBADO, 6 DE ENERO DE 2007, EPIFANÍA DEL SEÑOR

Queda con Cebrianitos en La Pampa para tomar unos carajillos. Haciendo bueno el dicho que dice que los viejos cuando se juntan hablan de la muerte, Cebrianitos le informa que ha muerto El Francés, “El Hogrible”, al que Córcoles le rompió la cabeza con la llave inglesa por matarle los canarios porque decía que los cantos le contaminaban el de Bergonzi, un canario con pedigrí, un pura sangre campeón de canto. ¡Qué peligrosa es la ornitología! – Piensa Benjamín - . El Hogrible era un tipo raro por: coleccionar cosas inútiles, mandar postales, llevar gafas de sol en invierno, ser socio del Círculo de Lectores o suscribirse a La Razón.

Niña muerta. Antonio López

A Benjamín le preocupa la inapetencia sexual de su hijo. Cebrianitos no entiende que a los treinta y cuatro años no se haya despertado el instinto cuando él a los seis años ya hacía sus pinitos en el asunto, pero lo acepta porque gente más rara ha visto.

A Sara le toca un parto difícil. El niño no tiene posibilidades de vida. Ni siquiera lo intentan reanimar al nacer porque viene con malformaciones horrorosas. Apenas en un suspiro y un bautizo consiste su paso por la vida.

Los paseantes se detienen a observar cómo desmontan los escaparates.


LUNES, 8 DE ENERO DE 2007

El día comienza emborronado y sucio, comienzan las rebajas. Jaime tiene mucha tarea en los escaparates de General Perón, desnudando y vistiendo maniquíes. Desvestidos parecen un harén de cojas y mancas. Su padre aparece radiante con la carta de Putin en ruso. Sin embargo, lo que en realidad le preocupa es su problema con Sara. Jaime le tranquiliza diciéndole que no se preocupe, él es feliz. Tuvo mucha suerte al conocer a Sara a los dieciocho. Benjamín le confiesa a Jaime que ya no lee ni frecuenta la tertulia de los poetas porque cree que lo ven como “un viejo pintoresco”, que se ríen de él. Además Morris padece la enfermedad de la pantalla; le falta concentración para leer más de trece líneas seguidas. Los catorce versos de un soneto ya le parecen cháchara. La charla sobre Literatura les relaja.

El vídeo de hoy se aparta un poco de los que hemos seleccionado en otras oportunidades, pero se hace necesario para dulcificar la tristeza de la novela que va terminando sus últimas páginas.

"Cuando llegues a Madrid, chulona mía
voy a hacerte emperatriz de Lavapies;
y alfombrarte con claveles la Gran Vía,
y a bañarte con vinillo de Jerez."
Agustín Lara




Este comentario pertenece al club de lectura sobre la trilogía de Oscar Esquivias, basada en la Guerra Civil, que dirige desde La Acequia, Pedro Ojeda Escudero.

10 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Acertadísimas las ilustraciones. No menos tu comentario, con tantas claves: la noche, la tristeza, la reunión familiar...

Antonio Aguilera dijo...

Ahí voy avanzando poquito a poco en la lectura; si el Domingo pasado llevaba leídas 100 páginas, ahora es esta cantidad la que me resta para ultimar la lectura.
Por lo tanto el post que has publicado hoy no me suena, pero el anterior sí que me gusta, por lo bien resumido e ilustrado.
Yo cuando sea mayor (y deje de ser autónomo jajaja) quiero ser como tú.
Impresionante entrada. Muy bien perfilados los personajes. Curioso Benjamín: trdicionalista pero vozaz lector.
Me ha gustado mucho la carta que le dirige a Esquivias, no tiene desperdicio.
Recurso Cervantino a tope: cuando don Quijote escucha detrás de la puerta al que estaba leyendo en la Primera parte.
Tal como dices, Esquivias vuelca en este último algunas críticas recibidas con la publicación de los dos primeros.

Esta semana no pude publicar. El tiempo no dio más de sí. Pero acabaré el libro antes que nosotros dejemos de "marcear" (por el mes de Marzo).

Recibe este abrazo

Abejita de la Vega dijo...

Esa cena langostinera me encanta. La mala leche sale a relucir y el efecto humorístico es de antología.

Acaba de ponérseme malo el tío Aurelio, voy más atrás.

Excelente trabajo el tuyo. Admiraaaaable.

Un abrazo

Asun dijo...

Los puyazos que se lanzan Acacio y Benjamín durante la cena son de antología.

Ya veo que también en tu casa os pusisteis buenos de langostinos en la nochevieja de hace tres años :-)

Las ilustraciones, como siempre estupendas.

Un abrazo

Myriam dijo...

¡Qué racioso el video! ¡Ojalá me reciban así estos cuando vuelva a Madrid! ( Y le haré una visita a a Acacio y JUlieta a ver si me invitan con langostnos que me encantan. Por cierto, me comería los de tu foto).

Cirto esas festividades en que obligadamente se reune la familia, sirven de paso para ponerse al dia y ventilar viejos conflictos.

Besos
PD. ¿Viste la pelicula danesa "La Celebración? Es que, en todas partes se cuecen habas...

Myriam dijo...

arriba, por fa ponle la G a racioso.

Merche Pallarés dijo...

Tengo que volver con calma... Besotes, M.

Ele Bergón dijo...

La verdad es que la cena es memorable y muy real en muchas familias. Esos dias salen a relucir lo oculto de muchos años. Es verdad que el libro nos lleva a tristeza de las personas que se sienten solas.

La foto esta muy de acuerdo con mi imaginacion.

( Hace tanto tiempo que lo termine que ahora me va a costar hacer el resumen. No se si ya lo hare)

Un abrazo

Luz la soledad y la tr

matrioska_verde dijo...

Viene la noche, se acerca la muerte para el protagonista, Benjamín, porque más que nada ha perdido la ilusión de vivir, algo más terrible que cualquier enfermedad. Los personas de esta novela vagan todos un poco a la deriva, sobreviven en un mundo en el que parecen non encajar. Son prototipos y son únicos al mismo tiempo. Son humanos y sufren con el dolor y con las cosas que no entienden.
La mirada al pasado también provoca dolor. Fueron malos tiempos los que les tocó vivir. El infierno de una guerra, comparable también al infierno que es sobrevivir a un atentado terrorista.
Biquiños,

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

la cena...como me gustó la escena de la misma: una situación de obligada asistencia y de obligado enfrentamiento...como la misma vida....

un abrazo