lunes, 9 de septiembre de 2013

Desde el sur de la esperanza





 Momento en que el presidente del COI da cuenta de la eliminación de la candidatura de Madrid desde un estrado que recordaba los aires oscuros de los tiempos de la URSS.


Los Juegos Olímpicos de 2020 hablarán japonés. Y visto lo visto, será difícil que los testigos directos de los Juegos del 92 veamos de nuevo una alineación astral tan favorable como en el 1986 para que vuelvan a hablar la lengua de Cervantes. Ad calendas graecas. 

Noventa y seis venerables ancianos acomodados, miembros del COI, reunidos en sanedrín en un hotel de Buenos Aires el sábado por la tarde, se encargaron de pinchar la burbuja de las ilusiones olímpicas que habían hinchado los medios de comunicación del país al unísono, de golpe y porrazo. La eliminación a las primeras de cambio formaba parte de los imposibles, algo que no entraba en la cabeza de ninguno de los componentes del numeroso séquito que acompañaba a la candidatura de Madrid 2020 al evento bonaerense y que tuvieron que regresar con las orejas gachas después de la derrota. En peores condiciones que hace cuatro años. 






El sopapo fue mayúsculo por inesperado y por la altura de los componentes de la delegación. ¿A santo de qué se lleva de apoyo a la excepción, a los más altos de la raza cuando todo el mundo sabe que por aquí somos más bien bajitos y morenos achaparrados? 

Como dar lanzadas a moro muerto no está bien visto, intuyo que el COI ha hecho un favor a más de uno, en vista de cómo está el personal por la labor de cortar la mano a todo aquel que la meta en la caja sin permiso. 

Los políticos vieron en la Olimpiada la solución ideal, sin sufrimiento,  a los problemas que nos acucian, cayendo en el error tantas veces repetido de dedicar todas las energías a la organización de eventos espectaculares, que a menudo pasan haciendo caminos sobre la mar. Es hora de dedicarse a lo que importa sin  engañosas ayudas olímpicas. Personalmente lo siento por los deportistas que perderán el maná prometido, pero sus logros serán más valiosos porque salen del sacrificio extremo en tiempos de austeridad. 

Avanza el mes de septiembre y no hay manera de sacudirse la pereza de retomar el pulso al blog. Al menos esta pequeña aportación con la esperanza de que nos alivie de tanto luto. Como cantó ayer noche Loquillo, animal de Rock and Roll,  en un gran concierto en la Plaza Mayor.